Estos se aprenden, según Ómar González, presidente de Almacenar con el tetero. En cambio, el conocimiento se adquiere.
Aunque estuvo tentado por la diplomacia, Ómar González decidió cambiar de rumbo profesional. Y no se equivocó, pues ya lleva 26 años vinculado a Almacenar, desde distintos cargos.
Se define como un apasionado de la filosofía y es capaz de 'devorarse' tanto los Diálogos de Platón, como El mundo de Sofía. Lo importante para él no es especializarse en la materia pero sí conocer el pensamiento a lo largo de la historia.
¿Cómo define su estilo gerencial?
Un estilo participativo, orientado al liderazgo de un equipo y a una relación muy transparente y de confianza con todos los miembros del equipo.
El liderazgo personal es insustituible, entendido como que lo acompañen a uno y lo sigan en una misma ruta, pero a su vez con empoderamiento en los otros miembros del equipo para que se dé.
¿Tiene alguna herramienta o concepto gerencial que prefiera?
Creo más en los principios, en la persistencia y, si quiere, en la terquedad. Hay que orientarse a objetivos claros para obtener logros definitivos. Los resultados se logran con 95 por ciento de 95 de transpiración y 5 por ciento de inspiración. La confianza en el equipo y una comunicación clara y permanente donde todos tengan claras las metas.
La esencia del liderazgo debe eestar basado en valores ypor eso hay que liderar con ejemplo y persistencia.
¿Cómo analiza el entorno?
El entorno de la logística, igual que el país, está pasando por un momento dorado; la coyuntura actual es de un crecimiento sostenido, de expansión de los negocios. Ojalá este ciclo dure lo más que se pueda porque si hay una base de crecimiento sólida todos podemos mejorar.
Y la herramienta para hacerlo es el aprendizaje, es la única en la medida en que la dinámica del cambio es constante. No hay más que el conocimiento.
Todo no está inventado y ver las prácticas y experiencias de los países industrializados ayuda a renovarse.
¿Qué busca al momento de seleccionar a sus colaboradores más cercanos?
Lo primero, una estructura de valores. Creo profundamente que los valores se adquieren con el tetero y no cambian. El segundo, es el conocimiento especializado en el sector, que ese sí se adquiere. Y el tercero: la capacidad de trabajar en equipo.
¿Cuáles son las principales lecciones que ha aprendido de sus errores y de sus aciertos?
Los grandes aprendizajes que he tenido los he recibido en momentos de crisis. Uno debe tener la humildad de reconocer que se equivocó, aprender de lo sucedido y reinventarse. Hay que reconocer que somos aprendices todos los días.
De los aciertos, que la capacidad de generar relaciones y confianza con la comunidad a la que se sirve es una base importante para soportar los momentos difíciles cuando llegan.
¿Cómo maneja las crisis?
Lo primero es que hay que coger el toro por los cachos. Y luego, hay que respirar profundo contando hasta cuando sea necesario para enfriar la sangre. Los asumo con un dicho que siempre repito: en calles más oscuras nos ha cogido la noche, por grande que sea problema, el mundo no se acaba y hay que actuar con la verdad, por dura y dolorosa que sea, y asumir las decisiones de manera inquebrantable para solucionarla.
¿Qué le aconseja a un joven que está comenzando su carrera?
Que la 'empleomanía' es solo una alternativa más. que en estos momentos el país está viviendo un momento que puede generar una nueva generación de empresarios así que se arriesguen, que se den la oportunidad de ser empresarios.
¿Qué le recomienda a las universidades que están formando a los empresarios del futuro?
Que se acerquen a la empresa. Las universidades son el mejor laboratorio de conocimiento pero a veces se aislan del entorno.
¿Cuál es su definición personal de liderazgo?
Que a uno lo sigan y que le crean.
¿A cuáles líderes admira y por qué? (nacionales e internacionales)
En el campo nacional el líder por encima de todo es el Presidente de la República. Mucho se ha escrito sobre él pero hay que verle los logros. He admirado también a una persona que me influyó: Juan Pablo Segundo. La iglesia ayudó a transformar el mundo, influyó en la caída del muro de Berlín y en la transformación de la Unión Soviética.También, a militares como Napoleón y Julio César. Y en el ámbito empresarial a Carlos Slim, por su visión.