martes, 19 de agosto de 2008

Cartageneros, con nivel de escolaridad de baja rentabilidad

Informe sobre retorno de la inversión
La Fundación Mamonal, la Corporación Empresarios por la Educación Capítulo Cartagena, la Comunidad de Madrid y el Proyecto Cartagena Cómo Vamos (CCV) presentaron un informe sobre una investigación que realizaron sobre los retornos o reciprocidad económica de la educación en Cartagena.

El objetivo de este estudio es cuantificar los retornos de la educación en la ciudad, entendiendo como retorno el incremento del salario que recibe una persona por cada nivel educativo que completa.

Para esto usaron como fuente la encuesta de hogares del DANE, que recoge todas las variables pertinentes para el estudio.

Según el informe, el resultado es que el retorno es positivo. Completar niveles de educación incide en poder alcanzar salarios más altos en la ciudad.

Esto significa que la cantidad de años que una persona dedica a terminar el bachillerato, carrera técnica, tecnológica, profesional o de posgrado, incide directamente en el salario que reciben, es decir, que a mayor nivel de estudio mayor salario tienen los cartageneros.

Aparentemente este resultado puede parecer obvio, sin embargo, los índices de cobertura en educación de la ciudad (según CCV, en 23% aproximadamente) muestran lo contrario.

Esto se puede ver en la tendencia de muchos jóvenes que desechan la oportunidad de estudiar porque no lo ven productivo. En cambio, si fueran conscientes de los resultados del estudio, estarían preocupándose por estudiar.

INGRESOS Vs. ESTUDIOS

El estudio demuestra que el aumento en los ingresos económicos es progresivo a medida que se escalan niveles educativos.

Esa diferencia de salarios en Cartagena es del orden del 3 por ciento para las personas que sólo completan primaria, entre el 10 y el 15 por ciento para quienes completan el bachillerato, alrededor del 20 a 25 por ciento para los que han alcanzado algún nivel de educación superior, y de más del 60 por ciento para quienes tienen algún nivel de posgrados.

Otros resultados que dieron a conocer en el informe es que el cartagenero promedio posee un nivel de escolaridad de baja rentabilidad.

El promedio de ciudadanos que se encuentra ocupado o en edad de trabajar, tiene alrededor de nueve años de educación (es decir, no ha completado el bachillerato) y por lo tanto se ubica en los niveles menos rentables.

Esto quiere decir que las personas que sólo han completado la educación secundaria (de 6 a 9 grado) reciben el retorno del nivel educativo anterior, en este caso primaria.

Así que quien completa la educación secundaria (hasta grado noveno) tiene el mismo retorno de quien sólo hace primaria.

En la presentación del informe los participantes anotaron que en Europa y en los países asiáticos tienen 14 ó 16 años como promedio de educación. Por esto coincidieron en que uno de los retos que tiene la ciudad, es movilizar a los cartageneros hacia los niveles donde los retornos de la educación son mayores.

SITUACIÓN ACTUAL

Es importante para la educación lo que se está reflejando en las carreras técnicas y tecnológicas, las cuales requieren una inversión de menos años que las de pregrado y posgrado, y el retorno es considerable.

Además, con estas carreras se cubren unos nichos del mercado laboral que hoy demanda la ciudad y se puede lograr disminuir el subempleo y aumentar el empleo regular.

Finalmente el estudio demostró que la educación es la variable que en mayor medida logra explicar el ingreso. De todas las variables consideradas, la educación por sí misma logra explicar el 33% del ingreso.

Este resultado es importante para las secretarías de Educación del Distrito y Departamento, porque les representa el reto de ofrecer, no sólo cobertura, sino incentivos para culminar y emprender otros niveles de educación.

Según los participantes, en la ciudad vamos por buen camino en lo que respecta a la educación, sin embargo, hay que ser mucho más agresivos y efectivos para superar estos problemas.

QUE PIENSAN?'' QUE SOLUCIONES PLANTEAN??

LOS CELULARES EN CLASE

Los papás argumentan seguridad, los maestros se quejan de que los niños no se concentran y hacen copialina y los niños, que el celular es parte de su generación.
En Colombia no hay cifras del uso de celulares en los colegios, solo se conoce hay 35 millones de usuarios de celular en el país y que muchos papás ya tienen la costumbre de darles celular a sus hijos.

Pero el tema ya es asunto de convivencia en los colegios. En varias instituciones decidieron incluir normas en el manual de convivencia y muchas veces llaman a los padres de familia para devolverles los celulares que sus hijos usan durante las clases.
En el Nuevo Reina de Granada, por ejemplo, son los profesores los que deciden qué llamadas se pueden contestar.

"Depende del momento, si estamos en una actividad de grupo lo permiten si es una explicación muy importante, no", cuenta Paola Reyes estudiante de décimo grado. Pero en ningún colegio hay reglas fijas.

"Más que las llamadas, el problema es que jueguen en clase o escuchen música por que eso incide en la concentración", dice Darío López, maestro y coordinador del colegio Lorenzita Villegas, en Medellín. En este colegio les retiran el celular si la conducta es repetitiva y solo se los devuelven a sus padres o acudientes.

Pero también ha habido problemas porque los celulares están al servicio de la trampa. Los muchachos les toman fotos a los exámenes y envían mensajes de texto con las preguntas que responden sus cómplices afuera. O los que tienen Bluetooth y Blackberry navegan en Internet y encuentran más rápido las respuestas.

Y preocupa que se llegue a casos como el de Argentina donde una niña de 10 años se grabó con su celular teniendo relaciones sexuales con su novio de 16. Llevó el aparato al colegio y le fue decomisado por su maestra.

"Acá lo que se ve es que con mensajes de texto grotescos intimidan a los amigos para ver qué cara hacen o con las cámaras violan la privacidad de las niñas o niños en los baños", explica la sicóloga.

Prohibir o no es el dilema

A esos comportamientos hay que sumarle los robos de celulares en las aulas. Como a Paola que dejó su celular en la maleta y cuando volvió del recreo ya no estaba. "Era uno con cámara infrarroja, mp3. Desde eso hacen requisas", cuenta la niña.

El coordinador del colegio Jaime Caballero Quijano, Juan Manuel Casas, dice que por eso es que los colegios debieron incluir en los manuales de convivencia una norma clara: que si hay hurto de celular en las aulas, los responsables son los padres por entregárselos.

Para la sicóloga infantil Maria Isabel Guerrero, quien ha atendido casos de dependencia de pequeños al celular, la prohibición de uso en el colegio no es la solución. "Es un medio de comunicación y lo que hay es que enseñarles a usarlo en los lugares adecuados", dice la experta. Y llama la atención sobre una capacitación también para los padres pues son ellos quienes muchas veces llaman a los niños con frecuencia a las clases para poderlos controlar.

Angélica Torres, madre de un niño de 8 años dice que el celular puede ayudar a salvar la vida de sus hijos. Recuerda que el transporte escolar de su hijo se accidentó y el niño tuvo que ayudar a otros compañeros y no tenía cómo comunicarse con los padres. "No tenía cómo porque el colegio prohibió el uso de celulares, pero en casos como este se ve que sí se necesitan", dice la señora.

Carlos Ballesteros, quien representa a la Confederación Nacional de Asociaciones de Padres, dice que es conveniente que los lleven al colegio para más tranquilidad de los papás, pero aclara que les deben exigir que no llamen durante las clases; solo en momentos definidos por el colegio.

Por ejemplo, Carlos Guerrero es padre de una niña de 8 años y se ha ingeniado estrategias para el manejo que su hija le da al celular en el colegio. Estableció reglas como que la niña solo puede encenderlo cuando haya una emergencia.

Aunque la Corte Constitucional ha dicho que los celulares no pueden ser decomisados, muchos colegios hacen campañas pedagógicas, pero muchos estudiantes se niegan a dejarlos.

El Ministerio de Educación Nacional, por su parte, dijo que no se pronunciará sobre ese tema. Así que por ahora la decisión de cómo enfrentan el fenómeno de los celulares en el colegio es de cada institución.

Reglas para el uso de teléfonos celulares en los niños

Si a pesar de los riesgos, un padre aún persiste con la idea de que lo mejor es que su hijo lleve un celular al colegio, los expertos recomiendan seguir las siguientes recomendaciones:
- Enséñele al niño que el teléfono solo se debe usar en casos de emergencias o para reportarse ante los padres. Los pequeños no necesitan acceso a Internet, manejo de documentos de texto o incluso reproductores de video o fotografías.

- Tenga presente los códigos de conducta que manejan los colegios. En Colombia, por ejemplo, hay algunas instituciones que los prohíben, otras que los permiten solo en los descansos o tiempos libres y otras más que no restringen su uso.

- Instruya a los menores acerca del uso adecuado del celular.
- Limite al máximo las funciones y herramientas del aparato. Hay quienes piensan que solo con el GPS (sistema de localización satelital) es suficiente.

- Limite los planes. Procure contratar servicios prepago o pospago de pocos minutos y limitados. Incentive en sus hijos el uso de mensajes de texto.

- Compre teléfonos especiales. Prefiera teléfonos diseñados para niños (por ejemplo, aquellos que no permiten llamar o solo marcan ciertos números).

- Controle los contenidos. Revise constantemente con quién hablan, chatean o qué tipo de contenido multimedia tienen grabado en sus celulares.
Estudio advierte sobre peligros de los celulares en los niños

Mantener el contacto con los hijos en todo momento está llevando a los padres a situaciones extremas.

Según el informe del estudio realizado por el Centro de Medios y comunicación del Hospital Infantil de Boston y la Facultad de Medicina de la Universidad de Harvard, el hecho no solo es conocido por los padres, sino que son ellos los que promueven que los pequeños estudiantes lleven los aparatos móviles en sus morrales "por seguridad".

Lo preocupante de la situación (según un artículo publicado en Internet por CNN) es que se está haciendo sin ningún tipo de control.

Aunque expertos consultados por la publicación reconocen las ventajas que brinda el tener control de las actividades de los hijos y estar en contacto el mayor tiempo posible con ellos, también coincidieron en señalar que usar teléfonos móviles en casos de emergencias (uno de sus principales beneficios) puede conllevar problemas peores.

Tom Hautton, un abogado de la junta de la Escuela Nacional Sindical, dijo a CNN que los teléfonos celulares en las escuelas también pueden llevar a distracciones en las aulas, o a la utilización de videos, fotografías y mensajes de texto con el fin de hacer trampas académicas.

Así mismo, el texto advierte que los llamados depredadores sexuales usan los teléfonos móviles como uno de sus medios preferidos para establecer contacto con los menores de edad.

Finalmente, se citan riesgos para la salud derivados del uso del celular. Recuerdan, por ejemplo, que en julio pasado la Universidad de Pittsburg advirtió que los niños solo deberían usar los teléfonos celulares en caso de emergencia, pues "sus cerebros aún están en desarrollo y las ondas electromagnéticas emitidas por estos aparatos podrían afectarlos".