lunes, 2 de marzo de 2009

MATERIAL PARA LA PROXIMA CLASE

Estudiantes, para la clase de esta semana todos deben llevar una cartulina. Ademas deben llevar utiles, aquellos con los que se consideren trabajen comodos y sean de facil uso: marcadores, temperas, crayolas, revistas, goma, etc.

“Mi primera borrachera la tuve a mis 12 años”

Tenía apenas 12 años, estaba a punto de finalizar el año 1991. Todo era alegría en mi casa, disfrutaba con mis padres y vecinos los momentos previos a la llegada del nuevo año. Un sorbo de licor estaba a punto de cambiar mi vida”.

Así comenzó la historia de *Leynis, quien inició el año 1992 con otra mentalidad, pues la orden de sus padres de ir a la tienda a comprar una botella de ron lo motivó a ingerir el primer trago. Quería conocer el mundo cuando se está borracho.
Por eso, con total atrevimiento destapó la botella y de inmediato se la llevó a la boca e ingirió una buena dosis.

“Llegue a mi casa y mentí, dije que al abrir la botella se me había derramado. A los pocos minutos comencé a sentir los efectos de ese primer trago, me retiré de la reunión familiar y me uní a unos amiguitos, con quienes celebré la osadía de tomarme mi primer trago de ron. La cabeza me daba vueltas, esa fue mi primera borrachera”.
Leynis es el segundo entre sus cinco hermanos. Sus padres y en realidad toda la familia guarda principios morales muy sanos. Su padre un gran comerciante y su madre una ama de casa, jamás pensaron que su querido hijo tocara el fondo del abismo por culpa de las drogas y el alcohol.
Pese a los buenos consejos, él siempre quiso estar rodeado con los más desordenados de su colegio y con personas con rasgos antisociales.
Ya para entonces Leynis bebía exageradamente y por ello no era aceptado en el círculo de amigos sanos.
“El tiempo fue desnudando mi personalidad inquieta, algunas veces agresivas y otras excesivamente amorosa. Empece a vivir en un vaivén de emociones que poco a poco y a medida que la ingesta de alcohol iba aumentando, se iban saliendo de todo control por parte mía”, comenta.

LOS 18 AÑOS

Ya a los 18 años, a Leynis le era difícil celebrar acontecimientos, triste o alegres, sin la compañía del alcohol y por ello buscaba pretextos para tomar y cualquier excusa era suficiente para evadir cualquier responsabilidad que se lo impidiera hacer.
Precisamente al cumplir sus 18 años sale al mercado la canción que se convertiría en el himno de Leynis, la cual lo impulsaba a tomar más licor. Ron pa’ todo el mundo.
“Esa canción la pedía en cualquier lugar, elegante o cuchitril, pues a esa edad ya no respetaba ni sitio, ni horario, ni espacio para tomar. Por su puesto deje de asistir a las reuniones familiares, pues no me brindaban nada atractivo y era muy aburrido escuchar a mis padres hablar de los éxitos de mis otros hermanos, quienes una vez terminaban el bachillerato ingresaban a la universidad, lo que me hacía sentir muy mal, pues sabía que la carrera que yo había iniciado era la del alcoholismo. Las puertas se me comenzaron a cerrar, no valían consejos, ni los llantos de mi madre, no valían reprimendas de ningún tipo. Mi objetivo era emborracharme”.

EL SEGUNDO PASO

El siguiente paso de Leynis, las drogas, le aseguraría los años más desgraciados de su vida. Ya tenía 22 años y conoció la marihuana y el perico. Ya se le había perdido todo sueño del pasado y del futuro, a cambio existía en él una inclemente obsesión por tomar y consumir drogas.
“La personalidad de un alcohólico como yo varía en instantes y aunque en algunos intervalos de tiempo podía darme cuenta del daño que me causaba y del daño que le causaba a los demás, no tenía la suficiente voluntad, ni un firme deseo de dejar mi adicción. Entonces ya me emborrachaba para olvidar que era un borracho”. Afirma con nostalgia Leynis.

Pese a su comportamiento, la madre del protagonista de esta historia busca ayuda y alivio en grupos de oración, mientras que su padre comentaba a sus familiares que prefería verlo muerto ante que recogiendo cartones y botellas en una calle. El drama de Leynis había tocado fondo
“Mis hermanos, que ya no eran cuatro sino tres, pues había uno que por vergüenza negaba serlo, buscaban por todos los medios comunicarse conmigo en los pocos ratos que pasaba en la casa. Todo intento de ayuda era en vano, mi mente se había retorcido de tal manera que mi comportamiento era el de un ser totalmente antisocial, mentiroso, tramposo, egoísta, agresivo, lujurioso y muchas cosas más que me convirtieron en el pecador más detestable y asqueroso de este mundo”, dice.

Leynis dice, que sentía admiración por aquellas personas que consumían dos o tres cervezas y se retiraban a sus casas, lo que le causaba indignación por no poder hacerlo.
“Yo no era capaz de hacer eso, cuando empezaba no había poder humano que me hiciera detener. Una vez abierta la botella mi mente se convertía en un carrusel de locuras que eran alimentadas por un consumo insaciable que terminaba siempre en un desmoralizador y tenaz guayabo.

DE TOLÚ A ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS

Tolú es el más conocido de los balnearios del departamento de Sucre y quizás de la Costa Norte de Colombia, ese lugar se convirtió en la fuga geográfica más cercana para Leynis.
Allí formó relaciones con una sociedad estrictamente alcohólica.
“Yo creo que mi aspecto físico de esos días era el de un náufrago, cabello largo, ojos saltones, pantalón corto, camisetas rotas, sandalias en mal estado, cadavérico y quemado”.
Los días pasaban lentamente en Tolú, entre bullicio y parrandas continuas, Leynis seguía su vida, no le importaba nada, el licor y las drogas eran todo para él.

“En una de mis venidas a Sincelejo el bus nos dejó cerca de la Casa Cural, mis amigos me esperaban para decirme que me tenía que meter a Alcohólicos Anónimos y por su puesto yo les conteste que allí iban a meter a sus madres”.

En ese tiempo, precisamente en uno de los salones de la Casa Cural funcionaba una sede de Alcohólicos Anónimos, pero Leynis desconocía que él lo era, que el alcoholismo es una enfermedad y por su mente jamás se le pasó pedir ayuda, pues tenía el agravante que decía que podía controlar el trago, cuando en realidad todo era diferente, ya el alcohol y otras cosas negativa dominaban totalmente su vida, sus acciones físicas y hasta su mente.
“Algún día alguien me dijo que podía tener solución el problema de mi alcoholismo, le preste atención y decidí buscar ayuda. Fui donde curiosos o curanderos que me suministraron brebajes de toda índole, obviamente, sin ningún resultado. Estuve en dos o tres religiones diferentes, en algunas me sacaron el espíritu de la borrachera y no sé cuantas locuras más, lo cierto es que no sé en que momento se volvieron a meter y a pesar de la ayuda psicológica, psiquiátrica y médica, los resultados eran pocos, en algunos casos nulos y no entendía que la decisión final para parar de beber la debía tomar yo, pues como no creía en Dios, no confiaba en nadie superior a mí, o quizás a pesar de todas las adversidades, yo me creía un Dios”, sostiene con vehemencia Leynis.

EL AVISO

Fue un aviso de un hotelucho del centro de Sincelejo, en donde pasaba sus momentos lujuriosos, el que le informó que su problema tenía solución. En la pared de ese cuarto estaba un letrero con el emblema de la comunidad de Alcohólicos Anónimos y un grupo llamado Al-anón.
“A los tres meses llamé y me atendió un hombre que me dijo que tuvo los mismos problemas que yo y que con la asistencia a varias reuniones se le había solucionado varios de sus problemas. Yo realmente no tenía nada que perder, ya todo lo había perdido y lo que fuera a suceder, no podría ser peor de lo que tenía, así que una noche me aliste y fui a mi primera reunión. Me recibieron dos personas con sonrisas tan cariñosas como de quienes esperan a un familiar y escuche de sus palabras mucha comprensión, que hacía tiempo, pero mucho tiempo no recibía de nadie, tal vez por mi estado mental y físico”.

Desde entonces Leynis asiste a la comunidad de Alcohólicos Anónimos, donde comparte fortalezas y esperanzas, en donde verdaderos amigos le han enseñado a sobrellevar sus dificultades y a superar muchos de sus problemas.

“Ahora tengo una mente lúcida, he recuperado parte de mi familia, tengo un buen trabajo, mi autoestima me ha hecho recuperar un físico más agradable y gracias a Dios, a quien encontré en esta comunidad, soy un ser humano feliz, útil a la sociedad. Tal vez Dios me acompañó en todos los peligros que pude superar, tal vez ahora comprendo que me tenía reservado un lugar en la comunidad de Alcohólicos Anónimos y por eso ahora sin vergüenza alguna puedo contarle a cualquier persona que este sufriendo el alcoholismo en sus distintas facetas, que hay un lugar donde se puede recuperar. Gracias a Dios ahora mis rumbas son sanas, comidas y bebidas no alcohólicas, mucha naturaleza y mucha paz”.

Ahora la vida es totalmente diferente para Leynis, sus consumos en estos momentos son de amor. Él suministra dosis de alegría y dulzura. Él todos los días demuestra que tiene talento, que es capaz de embellecer a todo al que a él acude, que no guarda resentimientos de nadie y de nada. Que es un hombre reconocido por su espíritu altruista, que las puertas de su corazón está abierta, sonriendo como las figuras de mujeres que reciben a sus clientes.
*El nombre fue cambiado por solicitud expresa del protagonista.
Cómo saber si se es alcohólico,

Responda sí o no a las siguientes 12 preguntas.

1. Ha tratado alguna vez de no beber por una semana o más, sin haber logrado cumplir el plazo.
2. Le molestan los consejos de otras personas que han tratado de convencerle que deje de beber.
3. Ha tratado alguna vez de controlarse, cambiando de una clase de bebida a otra.
4. Ha bebido alguna vez por la mañana durante el último año.
5. Envidia usted a las personas que piden beber sin que esto les ocasiones dificultades.
6. Ha empeorado progresivamente su problema con la bebida durante el último año.
7. Ha ocasionado su modalidad de beber problemas en el hogar.
8. En reuniones sociales en donde la bebida es controlada, trata usted de conseguir tragos extras.
9. A pesar de ser evidente que no puede controlarse, ha continuado usted afirmando que puede dejar de beber por si solo cuando quiera hacerlo.
10. Ha faltado a su trabajo durante el último año a causa de la bebida.
11. Ha tenido alguna vez lagunas mentales a causa de la bebida.
12. Ha pensado alguna vez que podría tener más éxito en la vida si no bebiera.
Cualquier persona que conteste sí a cuatro o más de estas 12 preguntas, tiene tendencias alcohólicas definidas.

Sedentarismo, Cigarrillo y Alcohol en Universitarios


Un estudio adelantado el año pasado en la Universidad Nacional mostró que el 82,4% de los estudiantes no realizaba ningún tipo de ejercicio. A esta encuesta que se hizo entre 2.204 estudiantes se une otra similar que se llevó a cabo, el mismo año, en la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá que reveló que el porcentaje de sedentarios llega a 88.

Y no es para extrañarse si se encuentra que un típico lunes de un joven universitario de hoy comienza así:
7 a.m.: un tinto caliente para comenzar la mañana y un cigarrillo para acompañarlo.
9 a.m.: descanso en la plazoleta para tomar el sol y hablar de la rumba.
12 a.m.: escapada para tomar unos tragos y si alcanza la plata, almorzar hamburguesa, gaseosa y papas fritas de talego.

Pero, la situación se torna preocupante cuando el resto de los días transcurren de manera parecida. No son todos los universitarios, pero sí la mayoría los que llevan esta rutina que ya tiene preocupados a los fisioterapeutas y médicos de sus instituciones.

La razón es que están teniendo una vida muy sedentaria. El único ejercicio que hacen es caminar para ir a sus salones, tomar el bus y ‘empinar el codo’.
Resultados similares a los estudios de las Nacional y la Tadeo Lozano se presentaron en la Universidad de Pamplona y en las Unidades Tecnológicas de Santander. En la primera solo el 1,98 por ciento hace ejercicio y en la segundas, el 2,7 por ciento. En esta última se detectó que las mujeres dedican más tiempo a la sesión de belleza (media hora diaria) y los hombres a jugar maquinitas (hora y media a la semana) que a hacer ejercicio.

Como viejitos

Las consecuencias de este sedentarismo juvenil son sobrepeso u obesidad, disminución en la elasticidad muscular, dolores lumbares y de cuello, taponamiento de arterias, aumento de colesterol malo, mala digestión y posibilidades de que en la edad adulta tengan diabetes, cáncer de colón e hipertensión.
La salud se les puede complicar pero de por sí, dicen los fisioterapeutas y médicos, eso ya está sucediendo. En sus consultorios se han duplicado los casos de jóvenes con problemas de esguinces y torceduras, así como de dolores lumbares. La mayoría porque tienen malas posturas o hace ejercicio solo los domingos después de la rumba.
"Tienen (hombres y mujeres) la condición física de una abuelita. No son capaces de hacer ni un abdominal", dice la nutricionista Jacqueline Villalobos. Ella trabaja en el Área de Servicios Asistenciales de la Tadeo, cuyos profesionales organizaron la semana pasada un encuentro para hablar sobre el tema.

"Antes hacían ‘locha’ y se tomaban unas cervezas los viernes al terminar la jornada, pero ahora es cualquier día y a cualquier hora. Eso angustia porque el sedentarismo combinado con cigarrillo, trago y drogas es un cóctel explosivo", aseguró el médico deportólogo Ramón Tovar.

Viene del colegio

La alarma es mayor porque los estudiantes ingresa cada vez más jóvenes a la universidad y ya vienen con problemas de sedentarismo. "Esto se debe a la disminución en las horas de educación física en los colegios y a las altas cargas académicas de los alumnos, que ya no tienen tiempo libre para hacer ejercicio", explica Adriana Prieto, coordinadora del Laboratorio del Movimiento Corporal de la Nacional. En esas apreciaciones están de acuerdo otros profesionales de la salud que no conciben la idea de que en los colegios no se forme a los niños en este aspecto, tan importante como el intelectual. "Ese estilo de vida es el que debe fomentarse en el colegio y después en la universidad, para que los futuros profesionales tengan una vida saludable", dice la fisioterapeuta Claudia Torres, de Unidades Tecnológicas de Santander.

Los expertos proponen crear clases que fomenten el deporte y el ejercicio entre los estudiantes, así como organizar torneos en horarios de la universidad. Algunas instituciones los han tenido, pero en fines de semana con malos resultados, pues los alumnos no llegan o llegan pero trasnochados y sin condiciones de hacer deporte.
Otros profesionales piden que estas estrategias se combinen con campañas en las que se motive a los estudiantes a cambiar su pinta y su alimentación, ya que la ropa grande y los zapatos de plataforma que usan les están haciendo daño en sus cuerpos, tanto como la comida chatarra.Fisioterapeutas y médicos de universidades hacen un llamado por un estilo de vida saludable. Sedentarismo más cigarrillo y alcohol están causándoles daño.

Tenga en cuenta

Hay que evitar posturas viciosas, como sentarse sobre las rodillas o poner las piernas en U, porque alteran los miembros inferiores.
Siempre es mejor estar sentados que acostados cuando se está viendo televisión.
La espalda debe permanecer recta cuando se está trabajando en el escritorio. Es mejor hacer pausas para evitar el cansancio que es el que produce las posturas incorrectas. Cada 50 minutos es conveniente mover los brazos, las piernas y el tronco, esto le permite relajarse y mejorar la atención.

Las maletas o carteras siempre deben estar cerca del cuerpo.

Cuando es posible es mejor utilizar morral o cambiar de lado la carga.

Desde niño se debe aprender a mantener una alineación corporal adecuada, evitar posturas inclinas, jorobadas o la llamada T, que es arquear las piernas cuando se sienta.

ALCOHOL ..... Datos Que Usted Debe Saber

El Alcohol y sus Síntomas

Desde tiempos muy remotos el hombre aprendió a fermentar granos y jugos para obtener una sustancia que le provocaba un estado especial. Los primeros escritos sobre el uso de la cerveza, el vino y otras bebidas alcohólicas se remontan a más de 5000 años, en Mesopotamia con los sumerios. La cerveza más antigua de Europa, elaborada a base de trigo, se consumía en Soria (España) hace 4.400 años, en plena Edad del Cobre. Sin embargo, el proceso de destilación aplicado a las bebidas fermentadas se remonta al siglo VII después de Cristo, aplicado al vino por los árabes, que lo habían aprendido de los alquimistas.


Efectos del Alcohol

La absorción del alcohol por el organismo esta determinada por varios factores: la graduación o concentración de alcohol de la bebida; la presencia de comida en el estomago; el peso del individuo (menor peso implica mayor absorción);el sexo las mujeres son más sensibles); y la habituación (estados avanzados de alcoholismo reducen la tolerancia al alcohol) entre otros.

Se pueden considerar dos tipos de intoxicación debida al consumo de alcohol: la Intoxicación Aguda es la ocasionada por la ingestión masiva de alcohol y la Intoxicación Crónica, provocada por intoxicaciones agudas repetidas o por un excesivo y continuado consumo de alcohol.

Los efectos, según la cantidad, pasan por sucesivas fases:

Fase prodrómica (0,25 gr./l -0,3 gr./l ). En ella el individuo percibe un cambio en su estado mental. Determinadas pruebas psicomotrices y de aptitud han revelado alteraciones que afectan a la percepción de los sentidos y una disminución de los reflejos.

Fase de excitación (0,3 gr. / 1,5 gr./l ). En ella se produce una perdida de la inhibición y la perdida del autocontrol, con parálisis progresiva de los procesos mentales más complejos. Este es el primer estado que puede comportar cambios de personalidad.

Fase de incoordinación (1,5 gr. /l - 3 gr./l), caracterizada por temblor, confusión mental, incoordinación motriz lo que provoca generalmente que la persona acabe por dormirse.

Fase de coma etílico y muerte (+3 gr./l).

Uno de los efectos del consumo de alcohol es la alteración en la percepción de los sentidos, que se asocia con un estado de euforia ...

Alcoholismo

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el alcoholismo como la ingestión diaria de alcohol superior a 50 gramos en la mujer y 70 gramos en el hombre (una copa de licor o un combinado tiene aproximadamente 40 gramos de alcohol, un cuarto de litro de vino 30 gramos y un cuarto de litro de cerveza 15 gramos).

El alcoholismo es una enfermedad crónica, progresiva y a menudo mortal, producida por la combinación de diversos factores: fisiológicos, psicológicos y genéticos. Se caracteriza por una dependencia emocional y a veces orgánica del alcohol, y produce un daño cerebral progresivo y finalmente la muerte.

El alcohol más común en las bebidas es alcohol etílico o etanol, un líquido transparente e incoloro obtenido por fermentación de azúcares, que debido a su bajo punto de congelación, ha sido empleado como fluido en termómetros para medir temperaturas inferiores al punto de congelación del mercurio (-40°C), y como anticongelante en los radiadores de automóviles.


El riesgo entre los hombres de desarrollar alcoholismo es de entre un 3% y un 5%, en las mujeres es del 1%. Consecuencias Médicas del Alcoholismo

El alcohol afecta en primer lugar al Sistema Nervioso Central y su ingerencia excesiva y prolongada puede provocar daño cerebral. Popularmente se cree que el alcohol incrementa la excitación, pero en realidad deprime muchos centros cerebrales. La sensación de excitación se debe precisamente a que al deprimirse algunos centros cerebrales se reducen las tensiones y las inhibiciones y la persona experimenta sensaciones expandidas de sociabilidad o euforia.

Sin embargo, si la concentración de alcohol excede ciertos niveles en la sangre interfiere con los procesos mentales superiores de modo que la percepción visual es distorsionada, la coordinación motora, el balance, el lenguaje y la visión sufren también fuertes deterioros. Fuertes cantidades de alcohol reducen el dolor y molestias corporales e inducen al sueño. Pero su uso continuo irrita las paredes estomacales llegando incluso a desarrollarse úlceras. Adicionalmente tiende a acumularse grasa en el hígado, interfiriendo con su funcionamiento.

En alcohólicos crónicos se provocan graves trastornos cerebrales, hepáticos (cirrosis) y cardiovasculares (aumenta la presión sanguínea y con ello el riesgo de un infarto). Incluso, está demostrado que el alcohol incrementa el nivel de los triglicéridos (grasa no saturada o vegetal en las arterias) y con ello también el riesgo de un infarto. Finalmente, como es ampliamente conocido, el alcohol provoca adicción física y dependencia psicológica. Una copa de whisky proporciona cerca de la mitad de las calorías diarias que necesita un adulto, pero no tiene valor nutritivo, es decir, no sacia, por lo que es requerida la ingesta de más nutrientes, provocando el aumento de peso.

Para los hombres, el riesgo general para desarrollar alcoholismo es entre un 3% a un 5%, y para las mujeres el riesgo es un 1%. Algunos asiáticos tienen un gen inactivo, por lo que no pueden metabolizar el alcohol etílico, causando sonrojamiento, mareo y náusea.

El alcohol quizás no cause cáncer, pero probablemente puede realzar los efectos carcinogénicos de otras sustancias, como el humo de cigarrillos. Cerca de 75% de cánceres del esófago y 50% de cánceres de la boca, la garganta y la laringe se atribuyen al alcoholismo. Un estimado 11% de todos los casos de hipertensión son causados por una ingesta alcohólica excesiva.

El uso habitual del alcohol deprime el sistema nervioso central, produciendo depresión clínica, confusión y, en los casos graves, psicosis y trastornos mentales. A su vez, el alcohol se puede convertir en una sustancia aún más tóxica, el acetaldehído, que puede causar daño sustancial, incluyendo cirrosis en 10% de personas con alcoholismo. El daño hepático es más común y se desarrolla más rápidamente en las mujeres que en los hombres.

La ingesta de alcohol por parte de la madre origina en el feto malformaciones, e incluso puede desembocar en un aborto espontáneo...

El alcoholismo severo se asocia con la osteoporosis, la emaciación de los músculos con hinchazones y dolor, las heridas de la piel. Suprime el sistema inmunitario y las personas con alcoholismo son propensas a las infecciones, en particular a la neumonía. También aumenta los niveles de la hormona femenina o estrógeno y reduce los niveles de la hormona masculina testosterona, factores que contribuyen a la impotencia en los hombres.

En la mujeres embarazadas, hasta las cantidades moderadas de alcohol pueden tener efectos dañinos sobre el feto en desarrollo, incluyendo bajo peso al nacer y un mayor riesgo para el aborto espontáneo. Las cantidades altas pueden causar síndrome alcohólico fetal, que puede dar lugar al daño cerebral y tanto al retardo mental como al del crecimiento. Los niños de padres alcohólicos tienden responder peor que otros académicamente, tener una incidencia mayor de depresión, ansiedad y estrés y tener un autoestima inferior que otros niños

¿ AHORA QUE PIENSAS DEL ALCOHOL ?