lunes, 1 de marzo de 2010

El mal uso del “copia y pega

Durante siglos, antes de la aparición de la Internet, los únicos medios de consulta académica eran los libros y las enciclopedias.

Estos textos eran los moldes del conocimiento que decantaban los historiadores, científicos, filósofos y demás académicos, pero ahora con la embestida de las nuevas tecnologías y la revolución de la información, aquellas viejas herramientas han quedado como vestigios del pasado.
Hoy todo aquel que quiere profundizar sobre algún tema de estudio, sólo debe entrar a las múltiples webs, cuyo contenido de acceso fácil se ha convirtiendo en dolores de cabeza para muchos maestros y docentes de universidades y colegios, que alegan que sus alumnos copian directamente desde estos sitios los trabajos que les presentan.
No obstante la situación plantea un debate amplio: ¿Cómo prevenir que los estudiantes no se acostumbren a hacer este tipo copy-paste (copiar y pegar), sin deslegitimar el uso de la Internet como una herramienta fundamental en estos tiempos?

TESTIMONIO
Para David Benítez (*), de 27 años, el hecho de copiar y pegar un trabajo desde la Internet para una cátedra de Comunicación Social, casi le significa no sólo la pérdida de su materia, sino la expulsión definitiva de su Universidad.
“Recuerdo que había trabajado todo el día y buena parte de la noche, al día siguiente tenía que entregarle un trabajo a mi profesor de Teoría de la Comunicación, así que decidí rebuscar entre las páginas webs el escrito que necesitaba, porque no tenía ni el tiempo ni las ganas de hacerlo”, explica el estudiante.
Benítez relata que decidió copiar el texto entero porque debía sacar una nota muy alta, pues sus faltas de asistencia constantes se traducía en ‘números rojos’ en la asignatura.
“El día de la entrega me sentí aliviado, no pensé que ese profesor me fuera a descubrir porque había buscado muy bien el texto, en lo más recóndito del ciberespacio”, se lamenta.
El joven asegura que cuando el docente en cuestión advirtió que todo era un plagio, lo llamó aparte de la clase y le inquirió por su falta.
“Por fortuna no me avergonzó delante de mis compañeros. Me disculpé con él, pero no acepto dejar pasar el hecho, me dijo que tenía que tomar medidas en el asunto junto con la Directora del Programa”.
El proceso disciplinario siguiente para Benítez fue firmar un compromiso en la Dirección del Programa de Comunicación Social, en el que se acordaba que el estudiante no volvería a copiar, pues de lo contrario se le expulsaría inmediatamente de la institución.
“En todo momento –prosigue– pensé que me iban a expulsar, me hablaban con severidad y me dijeron que iban a fijarse mucho en todos mis escritos, de ahí en adelante la materia la perdí, pero la recuperé en el siguiente semestre. Fue una acción absurda”.
Benítez dejó el plantel para buscar “mejor futuro”, como el mismo lo indica, en Bogotá, donde ahora reside.

NO APRENDEN
El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad San Buenaventura, Miguel Raad Hernández, hace varias aclaraciones.
“Pensar que la Internet pervierte es de por sí equivocado, el punto de discusión radica en que aquellos que fusilan la información no están aprendiendo realmente”, asegura Raad.
El Decano afirma que: “La formación del estudiante que hace este tipo de plagios va a quedar castrada, pues no desarrolla las competencias cognitivas, ni interpretativas necesarias. Lo que se busca es que nuestros estudiantes analicen, confronten, debatan y propongan nuevo conocimiento”.

PÁGINAS ESPECIALIZADAS
Más allá de esta circunstancia, la Internet está plagada de todo tipo de contenido, tan variado como ficticio, es decir, algunas páginas desinforman o informan a medias a sus visitantes.
Incluso hay webs especializadas en proveer a sus usuarios, tesis de grados y diferentes trabajos escritos, que van desde resúmenes de libros hasta monografías sobre múltiples temas.
De esta manera, se han vuelto muy populares los sitios virtuales El Rincón del Vago, Sabe Todo, Mis Tareas y Monografías.

SANCIONES
En todas las épocas ha habido ‘copietas’.
El decano de la Facultad de Derecho de la San Buenaventura, Miguel Raad, expresa: “Hoy para el estudiante es más fácil copiar, pero también es más fácil detectarlos, casi siempre basta con ingresar parte del texto del trabajo presentado a un buscador como Google”, advierte.
Una vez descubierto el plagio, en la mayoría de las instituciones los estudiantes implicados son sancionados, en primera instancia, con una nota académica baja.
“En la Universidad San Buenaventura les abrimos un proceso disciplinario a los estudiantes que acostumbran a hacer estos plagios, luego se llaman a que hagan sus descargos. Después de escuchar al estudiante, se decide el tipo de sanción siguiente, cuyo tope es la expulsión del plantel educativo”, declara el Decano.
Cada plantel tiene normas que regulan el fraude por parte de los estudiantes.
Sin embargo, más allá de las medidas a tomar frente a este auge de copiar y pegar, se debe enfocar la atención en la formación del alumno, sobre todo desde su infancia, mejor dicho, desde los colegios.
“Ahora los estudiantes son muy ágiles con ese tipo de aprendizaje, pues están muy relacionados con el mundo cibernético ya que les resulta muy familiar y han crecido con este tipo de tecnología, sin embargo es entonces cuando debe intervenir el educador para desarrollar todas las competencias básicas y las profesionales”, expresa el decano Miguel Raad.

(*) Nombre cambiado a petición de la fuente.

CAPACITACIONES DOCENTES
La academia indica que ante esta situación los docentes deben recibir capacitaciones en el uso de herramientas informáticas, para ir un paso delante de quienes realizan este tipo de copias.
“A los maestros de nuestra universidad se les brindan algunas cátedras informáticas en las que se les enseña cómo detectar este tipo de copias, además del manejo de softwares varios”, dice Miguel Raad, decano de la Facultad de Derecho de la San Buenaventura.


El Universal

Guerra al 'copia y pega' en la Universidad Nacional

Posted on Tuesday, 04 September a las 11:17:36 by cesiq

Para enfrentar el robo de ideas.

Las amonestaciones en privado ya no son suficientes. Las advertencias de los profesores al iniciar el semestre, tampoco. Universidad Nacional quiere servir de ejemplo para combatir el delito.

Por eso ayer, aprovechando la estampida de estudiantes que al mediodía se toma la plazoleta de Ciencias Económicas para
almorzar, el lema 'El plagio no pasará' se hizo escuchar.

Con carteles, cartillas informativas y una charla sobre este delito, profesores y estudiantes empezaron a llamar la atención.

"En la Universidad de los Andes a un profesor le cancelaron el contrato, en la Javeriana expulsaron a unos estudiantes y aquí en la Nacional se sabe de dos situaciones de expulsión (una de ellas en posgrado) y un estudiante que cometió el error en un trabajo grupal y quedó con matrícula condicional", cuenta Álvaro Zerda, decano de Ciencias Económicas.


Para Leonardo Monroy, de noveno semestre de Economía, la jornada llegó en el momento indicado. "Ya uno encuentra cosas 'fusiladas' (copiadas) escandalosas. Hay gente que ni siquiera tiene la decencia de escribir algo sino que lo busca en Internet y lo copia y pega", dice.

Según él, cuando se descubre que un compañero plagia, la mala imagen recae sobre toda la Facultad. "Por eso hay que contarle a la gente que eso es un delito", agrega.

Para otros, como David Cajamarca, de quinto semestre de Economía, la campaña no debe estar enfocada en los castigos, sino en pautas para no plagiar el trabajo ajeno.

"Muchas veces el plagio se produce porque no tenemos las herramientas suficientes para citar a un autor o escribir un texto", dice.

En todo caso, ayer más de uno en la universidad aprovechó para comentar el caso de algún compañero 'copión', y al enterarse de que este delito tiene cárcel, la toma de conciencia tuvo más impacto.
8 años de cárcel es la máxima pena por plagiar una obra, según la Ley 1032 de 1996.

Campañas en otros campus

Desde el 2006, la violación de derechos de autor se castiga con entre cuatro y ocho años de cárcel. Desde entonces, las campañas en las universidades empezaron a tomar fuerza.

Por ejemplo, en la Sergio Arboleda, el estudiante que plagie debe organizar charlas contra este delito. Algunos incluso han creado pancartas y manillas.

En los Andes han realizado campañas a raíz de casos internos, enfocadas en las pautas para aprender a citar una obra ajena y las consecuencias de no hacerlo.

El 'copia y pega' invade la Universidad

PALMA.- ¿Por qué invertir tu tiempo en hacer un trabajo cuando puedes bajarlo de internet? La utilización de la red ha facilitado mucho las cosas a los estudiantes. Las bibliotecas han sido sustituidas por el copia y pega. De hecho, si se encuentran buenos textos ni siquiera hay que teclear mucho. Eso sí, no hay que olvidarse de poner el nombre en la portada. Un grupo de investigación de la Universidad de las Islas Baleares (UIB), dirigido por Jaume Sureda,lleva dos años buceando en el tema y no dejan de sorprenderse.

Una encuesta realizada a estudiantes de la UIB revela que el 76% ha copiado alguna vez textos de internet para realizar sus trabajos académicos. Esto siempre sin citar la fuente. Si hablamos a nivel nacional, el índice se sitúa en el 60%, según una encuesta realizada en el portal Universia. El investigador y profesor de Pedagogía Rubén Comas le quita importancia a la diferencia de porcentajes: "No se puede decir que haya una realidad diferente en Baleares respecto al resto del Estado". Además, hay que tener en cuenta que la metodología de encuesta ha sido diferente. "La UIB es un pequeño laboratorio de lo que ocurre en el resto del escenario universitario español", apunta.

El profesor Sureda recuerda que, cuando él estudiaba, hacer chuletas para el examen era tan importante como hacer un trabajo. No obstante, "a la vez que se hacían se memorizaba el contenido sin darte cuenta". Ahora internet ha cambiado todo. El alumnado utiliza la red para documentarse y realizar trabajos académicos. El método es entrar en Google y Wikipedia, coger partes de diferentes páginas y pegarlas en Word. La mayoría cree que esto es hacer un trabajo: "Tenemos la sospecha de que no existe una conciencia clara de que copiar y pegar sea deshonesto". Un 33% de los estudiantes cree que no tiene importancia copiar a otros. De la misma manera, el 45% opina que dejarse copiar es intrascendente.

Uno de los problemas es que los alumnos no saben realizar un trabajo académico. El 41% asegura que nadie le ha enseñado nunca a realizarlos. Ni en Secundaria ni en la Universidad. Asimismo, el 30% no sabe cómo citar las fuentes.

"Antes el entorno de investigación era la biblioteca; ahora es una fuente secundaria", señala Sureda. También hay que tener en cuenta que mucha información colgada en la red es falsa. Por ejemplo, la enciclopedia Wikipedia llegó a publicar que un periodista había estado involucrado en el asesinato de Kennedy.

Detectores de plagio
En ambientes académicos existe el aserto de que los países anglosajones van cuatro años por delante en materia educativa. En el ciberplagio no podían ser menos. En las universidades de EEUU han tenido que crear departamentos detectores de plagio. Todos los trabajos que entregan los alumnos en clase deben haber pasado antes por este detector.

Además de esta medida represiva,han puesto en práctica varias estrategias formativas. Desde la High School se enseña a los alumnos a distinguir entre lo que es y no es un plagio. Asimismo, inciden en los métodos de realización de trabajos académicos y en la manera de citar.

Mientras, en España la única barrera contra esta práctica es la avidez del profesor. La investigación de la UIB, que durará dos años más, ofrecerá unos parámetros al respecto.

Las medidas coercitivas dependen del docente. Pueden ir desde la expulsión del alumno de la Universidad hasta sólo rebajarle la nota. Los profesores que sospechan de un trabajo sólo tienen que teclear alguna de las frases del texto para localizarlo en internet.

Fue lo que hizo el profesor Sureda. En una de las asignaturas que imparte on line planteó un caso de análisis sobre la gestión del ocio de un menor que los alumnos debían entregar en 15 días. El docente sospechó de una tipología de texto rara en uno de los trabajos, por lo que empezó a buscar en internet. En pocos minutos lo había encontrado colgado en una web. Sureda sólo le envió un correo al alumno que decía: "Te has equivocado".