miércoles, 1 de agosto de 2012

Desempleados son más preparados que los ocupados


Informe del Ministerio de Trabajo también revela que entre los jóvenes, las mujeres son las más desempleadas.
Un estudio del Ministerio de Trabajo revela que la población desempleada es más joven que la ocupada, pese a que estos tienen menor nivel educativo.
Basado en la información del Dane, la cartera laboral indica que los desocupados cuentan con 9,4 años de educación formal, uno más que los ocupados.
En el 2011 los desempleados eran en su mayoría gente joven.
El desempleado promedio tiene una edad de 31,6 años, mientras que un ocupado promedio tiene 38,3 años.
Estas cifras salen un día antes de que el Gobierno dé a conocer las tasas de desempleo de junio, del trimestre abril-junio y del semestre.
El mismo informe señala también que en el trimestre marzo-mayo la desocupación en el mercado laboral juvenil (entre 14 y 26 años) fue de 19,4 por ciento (1’125.000 desempleados), mientras que la de la población en general se ubicó en 10,6 por ciento (2’455.000 desempleados).
Pero eso no es todo. Entre la población joven que está desempleada, la mayor participación la tienen las mujeres. Según información del Dane, para el trimestre mencionado la desocupación juvenil masculina fue de 14,9 por ciento, mientras que la femenina llegó a 25,7 por ciento, ampliando así la brecha frente a las cifras de hace dos años.
El viceministro de Empleo y Pensiones, Mauricio Olivera, explica la lógica que hay detrás de estas cifras: un joven que busca empleo tiene menor experiencia laboral, menor pericia para buscar empleo y menos obligaciones económicas. Por consiguiente, es más posible que esté desempleado.
Pero además, la población joven tienen mayor nivel educativo. Esto significa que ahora, mejor educados, pretenden mejores puestos de trabajo y tienden a rechazar varias ofertas laborales que están fuera de sus expectativas.
Para este grupo, agregó, es vital que el Viceministerio propicie la creación de mejores puestos de trabajo; de lo contrario, los jóvenes se ven obligados a aceptar un trabajo que no está acorde con sus capacidades y presentan una alta rotación laboral.
De otro lado, el Ministerio de Comercio señaló ayer que el empleo industrial aumentó 1,1 por ciento en mayo, mientras que el generado por los sectores del Programa de Transformación Productiva (PTP) creció 2,6 por ciento.
En este programa del Mincomercio, que agrupa a 12 sectores industriales, los que más impulsaron la creación de puestos de trabajo en los primeros cinco meses fueron autopartes y vehículos (8,9 por ciento), carne bovina (8,1 por ciento), textiles y confecciones (5 por ciento), lácteos (4,5 por ciento) y cosméticos y aseo (2,9 por ciento).

¿Será mejor ser limosnero que profesional en Colombia?


Javier Montes, bogotano de 42 años ha gastado los últimos siete años de su vida cuidando y lavando carros en la sesenta y cuatro con séptima en la Localidad de Chapinero.

Todos los días a las 6 y 30 de la mañana empieza sus labores que con el paso de las horas se convierten en varias, pues las acepta todas siempre y cuando le generen alguna entrada.

Su trabajo principal y por el cual llegó a este lugar es el de vigilante de carros. Esta calle que va de oriente a occidente aún conserva al lado derecho de la 64 las bahías para parquear carros en espacio público, lo que le ha facilitado improvisar un trabajo para evadir el desempleo en que estaba antes de su nueva oportunidad.

"Al principio era difícil pues la gente de los edificios aledaños intentaba correrme, argumentando que ese espacio a pesar de ser público les pertenecía de cierta manera, ya que estaba al frente de sus casas", cuenta.

Fue con el paso de algunos meses que la relación mejoró y a este humilde empleado lo empezaron a considerar aparte de celador de carros de la cuadra, el todero al servicio de esta vecindad.

El trabajo que Montes consiguió no fue fácil de encontrar, pues las bahías para estacionar carros en Bogotá cada vez eran menos y la policía estaba al acecho de estas personas que se lucran por medio de este negocio informal.

"Yo salí calle por calle, de sur a norte, en busca de un espacio para trabajar, y gracias a Dios encontré esta cuadra que hoy en día se ha convertido en mi sustento de vida".

Entre 25.000 y 30.000 pesos se gana este todero en un día normal. Esto quiere decir que se pone unos 680.000 pesos al mes como mínimo, pues por malo que sea el día se va para su casa con lo de siempre, eso le asegura cierta estabilidad para vivir tranquilo con su familia.

Este trabajo puede llegar a ser una muy buena entrada siempre y cuando se le saque el máximo provecho. Montes ha sido testigo de eso, pues al principio trabajaba sólo como celador, y la necesidad de él y de los vecinos de la cuadra lo hicieron aceptar cualquier propuesta de trabajo alrededor de la sesenta y cuatro.

"Yo hago domicilios, cuido, lavo y parqueo carros, pago recibos, paro taxis, y en general hago el favor que me pidan, pues la gente siempre es generosa y me da algo a cambio".

Montes recuerda que la persona que más plata le ha dado en sus siete años de trabajo, ha sido una señora que le dio 5.000 pesos por cuidar un carro. Esto no es muy común en la gente, pues en Colombia tenemos la costumbre y el pensamiento de que las propinas son las monedas que sobran, y rara vez damos un billete.
"Me encanta mi trabajo, pues a pesar de no ser el mejor y de no ser el más reconocido, es un trabajo en el que nadie me manda ni tengo un jefe, por lo que puedo estar tranquilo y disfrutar lo que hago. Mi horario nadie me lo pone, pero trato de estar el mayor tiempo posible, pues así puede ser mejor la entrada. Normalmente trabajo 13 horas al día de 6.30 a.m. a 7.30 p.m.".

Si no quieres gente pidiendo en las calles no les des siquiera un peso

Este fenómeno que se presenta debido al alto nivel de desempleo en Colombia sin duda también pasa debido a que todos somos participes de ello, pues de cierta manera por tratar de ser solidarios, terminamos patrocinando un negocio que le hace mucho daño al país y a la gente que todavía se esfuerza por estudiar para ser alguien en la vida.

No solo existe el caso del celador de carros improvisado en cualquier esquina, también están los de los semáforos, los de los buses y en general están en cualquier lugar por donde transite gente.

Para algunos es curioso ver tantos limosneros en las calles, pero si miramos las cifras concretas podremos entender el porqué de tantos de estos personajes. Como está evidenciado en el caso de Montes, casos como los limosneros en los semáforos también arrojan cifras interesantes.

Un semáforo en promedio cambia de rojo a verde y de verde a rojo cada 30 segundos, esto quiere decir que si un limosnero recibe 100 pesos por cambio, al final de cada hora contara con 6.000 pesos, lo que quiere decir que si trabaja las ocho horas como debe ser, al final del día podrá tener en promedio un producido de 48000 pesos.

Estas cifras parecieran ilógicas pero son totalmente verídicas, es por esto que todos debemos entender que dar cualquier moneda en la calle, así "una monedita no lo haga pobre a usted ni rico a mi", patrocina directamente este negocio ilegal del que tantas personas viven.

No es justo que una persona que trabaja en una empresa y que gana el sueldo mínimo por trabajar 8 horas diarias, se gane lo mismo que una persona que no estudio ni se preparo profesionalmente para ser alguien en la vida.

Por eso es necesario que todos tomemos consciencia de lo que esta pasando, y por bien de todos los profesionales y trabajadores de Colombia, suspendamos esta forma de trabajo informal que todos patrocinamos día a día en las calles colombianas.

MAURICIO JARAMILLO
Pontificia Universidad Javeriana
Para Tiempo Universitario