miércoles, 22 de abril de 2009

VIDEO LOS SIETE HABITOS

Cordial saludo estudiantes, recuerden que para la semana que viene es la entrega del video de los 7 habitos, este debe contener lo siguiente:

1. Misión personal y profesional de acuerdo a lo leido en los 7 habitos de la gente altamente efectiva.
2. Identificar cual es el centro de tu vida?
3. Realiza un epitafio postumo como si lo realizara:
3.1 Un miembro de tu familia
3.2 Tu profesora Liliana Puello
el objetivo de este punto tres es que identifiques como te gustaria que te vieran estas dos personas cuando tu te mueras, que imagen quieres proyectar en ellas.

Para mas orientación puede leerse el capitulo 3 del libro los siete habitos de la gente altamente efectiva.

Los videos pueden realizarse en cualquier herramienta que consideren, pero les recomiendo el software Movie Maker.

Estoy atenta a cualquier duda.

lunes, 20 de abril de 2009

VIDEOS EXCELENTES

En general que es Colombia : http://www.youtube.com/watch?v=3fa_V2aCq-Y

COLOMBIA ELIGE SUS 7 DESTINOS DE ORGULLO NACIONAL

Dentro del proceso de posicionar a Colombia como un país de oportunidades, Colombia es Pasión invitará a los colombianos a elegir siete destinos de los cuales se sientan orgullosos. Donde comodidad, tranquilidad, creatividad, magia, innovación y calidad, son algunos de los criterios necesarios a la hora de hacer la elección.

Las personas deberán ingresar al portal www.colombiaespasion.com/7destinos y postular un destino que cumpla con los criterios mencionados.

La convocatoria no solo se realizará por medio de internet, sino que tendrán módulos móviles que se ubicarán en sitios de alto tráfico como universidades y centros comerciales, dónde las personas podrán realizar la postulación de manera directa.

Los módulos móviles estarán ubicados en Bogotá en el Carrefour de la calle 80, Universidad del Rosario, Unicentro, Universidad de los Andes, y el Puente Aéreo.
A la hora de postular el destino es necesario tener en cuenta:

- Un lugar con acceso aéreo directo.
- Debe ser un sitio atractivo, con comodidades y altos estándares de calidad.
- Destino con una alta oferta gastronómica.
- Un lugar con rutas y actividades innovadoras e inolvidables.

Acompañemos a descubrir estos destinos maravillosos del cual todos nos sentimos orgullosos.

TOMAR EL RIESGO DE CONOCERLA!!!


QUE SUERTE QUE TENEMOS DE SER COLOMBIANOS!!


Por: Camilo Russi. Enero del 2009.


Estuve muy de buenas, hace 19 años nací en un lugar lleno de sorpresas ansiosas por ser descubiertas, de cuentos con moraleja, de paisajes, olores, sabores y texturas suficientes para satisfacer al más exigente de los curiosos. Nací en un país lleno de activos ocultos.
Con el paso de los años me di cuenta que, en este lugar en el que nací, hay potencial que se esconde con astucia en nuestra sociedad. Se esconde donde muchos no exploramos frecuentemente, en nosotros mismos. En nuestro tiempo libre, por ejemplo.


Brota en mi cabeza una escena de mi infancia, en la que yo llegaba al colegio después de vacaciones y comentaba con mis compañeros, “¿Juanca, y usted qué hizo de vacaciones?” Me respondían, y siempre comenzando con una palabra que me desinflaba, “¡Nada! Fui una semana a… (Algún sitio) y… ver televisión.” Yo normalmente contestaba lo mismo, pero unas vacaciones, en las que ya comenzaba el mismo plan vegetal de hibernar frente al televisor, me aburrí de la flojera, me cansé de unas vacaciones de oso perezoso.


Comencé a pensar en una lluvia de ideas que cumpliera dos condiciones:


Cosas que me hicieran salir de mi burbuja de comodidad.
Cosas que no haría normalmente, pero que estuvieran dentro de mi moral.
Surgió una lista de ideas como:
Volverme un duro haciendo videos.
Hacer un semillero auto sostenible.
Pasar tiempo con mis abuelos, grabarlos contando historias.
Hacerle regalos diferentes a mis papás.
Aprender a contar historias, ponerlo en práctica.
Conocer gente, hablar con gente que normalmente no hablaría.
Investigar sobre la biodiversidad única que hay en el sitio donde nací.
Hacer ejercicio.
Viajar y descubrir una cultura nueva, que me abra la mente.
Hacer una práctica o conseguir un trabajo.


Mirando la lista con lupa me di cuenta que todas las cosas que enserio quería hacer tenían algo en común. O era una actividad en la que podía aprender algo nuevo, o una actividad que me hacía sentir feliz. Este descubrimiento me impulsó a otro de mayor rango, al que supongo los filósofos, científicos y todos los maestros del conocimiento ya habían llegado, pero que igual yo me siento orgulloso de haber sentido en carne propia.
Descubrí la íntima relación entre la felicidad y el aprendizaje. Aprendiendo uno se posa bajo una cascada de agua helada que le abre los ojos a una realidad espectacular. Una vez uno se lanza al agua y experimenta con su entorno, se puede hallar la felicidad incesante de compartir lo aprendido.


¿Qué mejor lugar para ser feliz que Colombia? El país donde nací, un país virgen y lleno de activos ocultos que piden a gritos ser descubiertos. Por esto los invito a que se quiten la pereza con estropajo y aprovechen el tiempo libre, ese activo, ya no tan oculto, que tenemos a nuestro alcance.


Camilo Russi
Columnista invitado

SER COLOMBIANO: PECADO ORIGINAL




Ser colombiano: pecado original

Muchas han sido las definiciones que se le han querido dar a esa especial condición que encierra el haber nacido en ese país de la punta noroccidental de Sur América. A esa especial condición que implica ser colombiano.

Me aferré mucho tiempo a la definición atribuida a Jorge Luis Borges: Ser colombiano es un acto de fe. Y de verdad que así lo es, tanto que a pesar de nuestra tragedia seguimos creyendo, como tomados de un hilo de telaraña que sostiene la esperanza. De alguna manera el ser un acto de fe, es un fenómeno que deriva en el correr circular de la misma noria que nos ahorca, el vendaje que nos evita vernos y actuar.
Recientemente, y como un acto de liviandad, nos han declarado a los colombianos como pasión. Y si, los colombianos somos pasión de la buena y también de la que incluye muerte sin resurrección.


Fe y pasión digamos, por postergar la discusión, pueden ser trazos que intentan definirnos. Pero hacia fuera, hacia el resto del mundo, ser colombiano es un pecado original: tenemos una valoración que nos viene de cuna, por el hecho de ser de aquí y no de otra parte, como si fuésemos un trozo aparte de la Humanidad que contrariada nos aparta como una ajena y paradójica horda de hombres y mujeres vulnerada por el narcotráfico, la pobreza y la guerra.
La mayoría de colombianos somos tratados en muchas puertas de inmigración como una especie de individuos proveniente de un foco infeccioso que se debe aislar, por si las dudas, por la mera sospecha, por el pasaporte vino tinto, por ser colombiano a secas.


Pocas nacionalidades como la nuestra están sujetas a tantos requisitos para poder andar en un mundo cada vez más globalizado.
Los colombianos del común, no claro está los ricos, que nacen con visado debajo el brazo, apenas pisamos la salida internacional de nuestros aeropuertos, comenzamos a padecer la pérdida de nuestros derechos civiles y libertades, y entramos a un régimen de control, intimidación, inspección y segregación.
La famosa visa “americana” y el visado Schengen, para la cual se piden una lista enorme de requisitos que llegan al ridículo, se convierten en un salvoconducto, en una prueba que garantiza la posibilidad de movilidad, aún en países hermanos, países de América Latina, como Costa Rica, que da la oportunidad a los colombianos, con alguno de estos dos visados, el poder ingresar sin más requisitos a su territorio.


Viajar a México se convierte en una lamentablemente pesadilla para muchos colombianos. En un país con el que compartimos más que el amor por el maíz y las rancheras, hombres cobrizos como nosotros, cuidan como cancerberos la puerta de entrada a Estados Unidos. No es extraño que aún haciendo solo un conexión aérea en México, siendo colombiano el viajero, la misma aerolínea se de el atributo de retener su pasaporte, dejarlo indocumentado y aislado, retenido, en un cuarto del aeropuerto de tránsito, hasta asegurarse que tome el vuelo de su destino final. Todo esto a pesar que la misma Embajada de México en Colombia aclara que no es necesaria una visa de tránsito. Y no pasa nada. Todo normal.


¿De qué se nos acusa cuando en un aeropuerto se nos aisla, se nos esculcan las maletas hasta la saciedad? De narcotraficantes seguramente, de prostitutas, de ilegales. ¿Cuál es el indicio para esta acusación? Nuestra nacionalidad sin duda. Como dirán algunos: nada personal.
Que tenemos narcotraficantes, es cierto. Que algunas de nuestras mujeres han emigrado para la trata de personas, es cierto. Que muchos de los 4 millones de colombianos que viven en el extranjero han iniciado su migración sin visados… es cierto, dolorosamente cierto, no tanto lo de los visados como el destino de las gentes. Pero la persecución y la señalización que se nos hace fuera de nuestras fronteras no deja de ser una franca violación de los Derechos Humanos. Ni siquiera es producto de nuestra historia, que también está hecha de una valiente resistencia a la barbarie, mucho menos producto de la historia de la mayoría de emigrantes colombianos que tienen que soportar requisas que invaden sus intestinos, sus genitales, su dignidad intrínseca, por razón de su condición como nacional colombiano.


Lo extraño del asunto es que muchos de nosotros, colombianos por nacimiento, que por adopción pocos hay, aceptan esta situación, aún llegando a creer que de alguna manera, debemos reparar todos el pecado original de ser colombianos.