martes, 24 de marzo de 2009

¿ COMO SE POTENCIA U OPTIMIZA LAS COMPETENCIAS EMPRENDEDORAS EN UNA PERSONA ? COMPETENCIA Vs COMPORTAMIENTO

Hasta la fecha se cree que la formación es el instrumento esencial para el desarrollo de competencias y habilidades pero "saber no equivale a hacer", se requieren otros métodos.

Además de la influencia social y cultural, que ha de ser capitaneada por las instituciones, existe el plano individual y personal, y aquí es donde entran en juego otros aspectos. Salvando diferencias individuales, en ocasiones muy marcadas, la mayoría de las personas, situadas en el contexto adecuado, pueden desarrollar competencias emprendedoras. Hasta la fecha, habitualmente se ha entendido que la formación era el instrumento idóneo para conseguir cualquier desarrollo de competencias y habilidades, también en el área específica del emprender.

Podemos decir que existen campos de conocimiento en los que la formación sigue siendo una herramienta válida, que aporta las bases para el funcionamiento profesional adecuado. Sin embargo, hemos de diferenciar entre competencias relacionadas con el mero conocimiento, las tecnologías, los productos, etcétera y aquellas competencias de orden relacional, social, comunicacional, motivacional y, en definitiva, de comportamiento, es decir, con aquellas que resultan básicas para que el conocimiento se plasme en conductas eficaces:
son las "variables de proceso". Saber no equivale a hacer, y es conveniente realizar una reflexión en profundidad sobre las causas y el origen de las conductas que se desea potenciar, en este caso, la conducta emprendedora.

Aquí ya la formación sólo resulta un complemento útil, aunque incompleto, que requiere de otros mecanismos, de otros métodos. Las competencias requeridas, el cómo una persona maneja su entorno, sus propios medios, sus propias puntos fuertes y débiles nos da la clave. El aprendizaje humano se basa en otros códigos, a menudo aprendidos sólo desde la mera experiencia personal y la observación de otros. La propia vida se utiliza aquí como campo de ensayos, a veces con alto coste personal.

Incomprensiblemente aquellos factores más importantes para conseguir el éxito social, (cada vez está más claro que los resultados académicos no resultan buenos predictores del éxito profesional ni personal), se dejan al azar.
Los estilos de comunicación, la eficacia en las relaciones, o los valores, siguen sin ser tratados explícitamente desde los ámbitos de la educación o la cultura social.

Y es así, como las diferencias individuales pueden llegar a ser muy marcadas en función del contexto personal y las posibilidades que cada uno de nosotros se encuentra (y es capaz de buscar y generar), en su vida.

Tecnología de la Conducta

De este modo, dentro del panorama del desarrollo de competencias emprendedoras nos encontramos hasta la fecha con que los métodos habitualmente seguidos y los medios utilizados para conseguir tal objetivo están clásicamente relacionados con el entorno educativo, lo que podríamos denominar formación intelectual o de conocimientos.

Entendemos que lo idóneo en este contexto es utilizar métodos importados de la psicología científica, de eficacia ampliamente demostrada, para desarrollar competencias propias del perfil básico de un emprendedor.
La base conceptual y metodológica de la modificación de conducta, que se basa en los principios del aprendizaje permite la recreación de experiencias “cuasi reales” que suponen para el individuo la mejor posibilidad de incorporar comportamientos adaptativos y de generalizar posteriormente estos a las diversas situaciones que enfrentará como emprendedor. El ser humano básicamente aprende por experiencia, y modifica su conducta para adaptarse de la mejor manera posible a su medio ambiente en función de las consecuencias que va obteniendo de sus actos. Según el modelo son las consecuencias, aversivas o reforzantes, parte importante de lo que guía el aprendizaje humano.

Una experiencia determinada, en la que se obtienen los objetivos que pretendían (y la correspondiente gratificación por ello), es más fácil que se repita en el futuro que otra que no ha resultado exitosa, (y que por tanto se ha vivido de forma escasamente gratificante), que por el contrario tenderá a inhibirse.
Recrear este modelo con emprendedores facilita un aprendizaje significativo y altamente efectivo.

En la práctica consiste en permitir y acondicionar situaciones prácticamente reales con las que el emprendedor se enfrentará en el futuro, para en un entorno protegido y permisivo ensayar distintas alternativas de respuesta que permitan anticipar y analizar diversas consecuencias. Obviamente, la realidad no posibilita dichos ensayos, por lo que este aprendizaje evita o minimiza errores y maximiza el beneficio personal y empresarial en la práctica futura real del emprendedor.
Existen otros factores sin duda importantes y relevantes que influyen en el aprendizaje eficaz, que desarrollaremos próximamente.

Alguno de los otros factores que influyen en el Aprendizaje efectivo viene determinado no desde el exterior, a través de las consecuencias del entorno que se obtienen, sino fundamentalmente de manera interna, por motivación podríamos denominar “intrínseca”. Y ahora viene la gran pregunta:

¿Cómo se consigue motivar a alguien a hacer determinadas cosas?, y en fin, ¿cómo se motiva a alguien a hacerse emprendedor?

Esto es algo que todavía no saben responder con rotundidad los teóricos y expertos en motivación humana, de modo que, si no se trata aquí de resolver dicha cuestión sí al menos podemos acercarnos al tema resaltando algunas herramientas que pueden favorecerla. Antes de hablar de herramientas conviene realizar una aproximación en mayor profundidad a "las leyes" del comportamiento humano.

El ser humano, pese a que sigue siendo ignorado, es un compendio de emociones y pensamientos, que se influyen e interactúan entre sí para dar finalmente lugar a comportamientos, que son aquellas de las conductas más claramente manifiestas para cualquier observador externo.

Por propia experiencia casi todos podremos estar de acuerdo en esta aseveración, si nos paramos a analizarnos un poquito. Estos tres elementos componen el llamado Círculo del Comportamiento. Cuando pretendemos influir o modificar una secuencia de conducta puede "romperse" el Círculo del Comportamiento por cualquiera de sus tres ejes. Tratar de influir sobre la motivación en este caso, que es una mezcla de pensamientos y emociones asociadas, para fomentar una conducta, la de emprender, habrá de trabajarse entonces desde "lo interno", ya que jugar con las consecuencias futuras no es posible en estos momentos. Teniendo en cuenta que los pensamientos o las ideas acerca de algo, en este caso emprender, son la base de las actitudes, y que éstas representan un posicionamiento del individuo en un continuo de filia-fobia en relación a una idea, objeto, etc., deberemos adelantar expectativas de realidad que aumenten las posibilidades de que la idea de emprender nos resulte atrayente (actitud fílica), minimizando el rechazo (actitud fóbica), que nos pueda producir.
En la práctica, impulsar el deseo de emprender se trabaja desde el "aprendizaje vicario". Las personas, además de aprender de las propias experiencias en ocasiones podemos aprender de la observación de otros, si estos modelos claro está son suficientemente atractivos en sí mismos.

Como la historia de cada persona es muy particular lo que puede resultar atrayente para unos sin duda puede no serlo tanto para otros.
Sin embargo, recrear experiencias con emprendedores que explicitan todas sus experiencias, -no sólo las "positivas"-, puede resultar un motor de la motivación interior, sin que existan, en rigor, consecuencias para el individuo.

Esto es, pueden movilizar desde la anticipación de resultados que se quieren conseguir, y sobre todo y lo más importante, recreando escenarios que son de verdad reales, y que por tanto sitúan al futuro emprendedor con ventajas evidentes respecto de otros que no tienen dicha oportunidad.



2 comentarios:

johnfredy dijo...

La mayoría de las personas, situadas en el contexto adecuado, pueden desarrollar una serie de competencias. Se debe decir que existen campos de conocimiento en los que la formación sigue siendo una herramienta válida, que aporta la base conceptual y metodológica de la modificación de conducta, que se basa en los principios del aprendizaje y que permite la recreación de experiencias para el funcionamiento profesional adecuado.
Una experiencia determinada es más fácil que se repita en el futuro que otra que no ha resultado exitosa, y que por tanto se ha vivido de forma escasa. El ser humano, pese a que sigue siendo ignorado, es un compendio de emociones y pensamientos, que se influyen e interactúan entre sí para dar finalmente lugar a comportamientos, que son aquellas de las conductas más claramente manifiestas para cualquier critico o analista.

Unknown dijo...

Saber no equivale a hacer, y es conveniente realizar una reflexión en profundidad sobre las causas y el origen de las conductas que se desea potenciar, en este caso, la conducta emprendedora.
este parrafo me condujo a pensar que la mayoria de las personas crece o crecemos con la idea de estudiar para ser alguien en la vida, pero ese ser alguien se ha convertido en el paradigma de `conseguir un buen empleo` pero, que ace que no miremos mas alla de ser empleados ? yo opino que la quietud hacemos que ciertos estigmas se vuelvan inherentes a nuestro desarrollo en otras palabras dejamos que nos controlen ,y nos da miedo arriesgarnos a cambiarlos debido a la latente amenaza del fracazo , pero ¿como sabremos cuanto podemos lograr si no lo intentamos? no hace falta desarrolar una nueva conducta y romper todos esos psradigmas que nos impiden arriesgarno nuestras ideas.